
El diputado federal Armando Samaniego afirmó que, tras doce años de espera, México por fin cuenta con una Ley General de Aguas que honra el espíritu del artículo 4º constitucional y convierte el derecho humano al agua en una realidad palpable. Explicó que el reto es doble y profundamente humano: que cada familia tenga acceso al agua y que las y los productores agrícolas sigan contando con la certeza jurídica indispensable para trabajar su tierra por muchas décadas más.
Como coordinador de los diputados federales de Morena en Baja California, y con la experiencia de haber sido secretario del agua del Estado, Samaniego subrayó que esta reforma no le quita derechos a nadie; por el contrario, cierra la puerta al acaparamiento, al robo y a cualquier forma de privatización, al tiempo que fortalece la rectoría del Estado para que el agua vuelva a ser lo que siempre debió ser: un bien público, compartido, protegido.
Recordó que el debate fue el más amplio de esta legislatura, con 178 oradores, lo que demuestra que la voz de todos los sectores fue escuchada. Celebró que el modelo aprobado consolida un Estado de bienestar donde el acceso al agua deja de ser privilegio y se vuelve garantía.
“Esta ley corrige viejos vicios, pone orden donde había incertidumbre y da tranquilidad a quienes producen nuestros alimentos. Ningún derecho adquirido se toca; todos se fortalecen”, dijo.
Finalmente, reconoció el liderazgo de la presidenta Claudia Sheinbaum, cuyo compromiso con un país más justo y sustentable permitió que esta ley avanzara.
“Hoy damos un paso histórico. Ganamos todos: las familias, los productores y el futuro del país”.














