Terribles pifias que nada tienen que ver la justicia son las que han cometido en los últimos días los nuevos jueces electos. Resaltan los casos hechos públicos, uno por la víctima de violación a cuyo agresor le dieron arraigo domiciliario y otra a un sujeto que obligaba a sus hijastros niños a pedir limosna y les daba una vida de terror, ya que los golpeaba y encadenaba.
“Tengo muchísimo miedo de que cumpla sus amenazas de hacerme daño a mi y a mis hijas por haberlo denunciado, y que huya sin haber pagado lo que hizo”, así se expresó Priscila Esperanza, una joven madre de familia que fue violada por Eduardo Fierro Delgado, el cual fue sentenciado a pasar 10 años en la cárcel, por un juez de control le otorgó el beneficio del arraigo domiciliario.
Y la sentencia de tan solo 4 años que le dieron José Walter Meza encontrado culpable por los delitos de violencia familiar y trata de personas por mendicidad, obligaba a los hijos de 10, 12 y 13 años de su pareja, a pedir limosna en las calles y si no cumplían con la “cuota” los golpeaba, además de darles mala vida, los encadenaba y los torturaba sicológicamente.
